Fue
aquello, eso que vi en tus ojos, esa luz al hacerme de tu pertenencia,
tomándome de la mano, agarrándome por la cintura, lo que me hiso querer besar
tus labios fuertes, suaves y rosados, llenos de aquella droga que endulzó los
míos.
El
delirio prohibido de estar solos impulso esa adrenalina que calcino mi cuerpo,
rebaso mi alma de tantos sentimientos fugaces que se presentaban ante mis ojos
cada momento que te besaba. Esas chispas que poco a poco y con pasión hacían
nacer una hoguera en mi interior, eso que me hacía besarte y estar cada vez más
juntito a ti, que hervía mi sangre, eso que mencionaba la loca idea de volver a
amar y que te amen con la misma vehemencia, esa estúpida confusión de sentir
todo y no saber que es, es la sensación que produjo el primer beso.
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